En el corazón del Parque Nacional de Cabañeros se abre paso la senda que conduce al Chorro, una las joyas de este enclave. Pertrechados con calzado adecuado, agua y algo de picoteo iniciamos el recorrido hacia la cascada del Chorro. La pista primero y la senda después transcurren por las zonas montañosas más altas del Parque Nacional. Jaras, brezos y encinas se extienden a nuestro paso. La ruta cruza en dos ocasiones el arroyo del Chorro y el ambiente se va cargando del frescor de la vegetación de ribera con tejos, acebos y abedules. La estrecha senda se adentra en un pequeño rebollar que da paso a la bella cascada de 18 metros de caída. Estamos en un rincón mágico, acompañados del canto de algún mirlo cercano y el murmullo del agua.
La vuelta se realiza por el mismo camino, aunque, para los más atrevidos, la senda continúa ganando altura para llegar a la Chorrera Chica. No será difícil observar el vuelo de alguna rapaz o de los buitres leonados, muy presentes en los cielos de Cabañeros, y, con algo más de suerte, cruzarnos con algún ciervo que acuda a beber al arroyo.