Sin duda lo primero que destaca de la Jorquera es su situación y su aspecto. Se sitúa en un alto sobre un meandro del Júcar y la población se adapta a su recorrido de modo que la atalaya natural parece hecha para el pueblo y no al contrario. La roca asciende con las casas perfectamente ensambladas y a sus pies el corte de la piedra del cañón del Júcar.
Entre sus monumentos, la fortaleza con varios recintos defensivos, entrelaza la zona cristiana en la parte inferior en torno a la torre de Doña Blanca, con la zona superior ovalada fechadas en la época almohade.
En su casco urbano el edificio más notable es la parroquia de la Asunción del siglo XVI, de construcción gótica concluida con elementos renacentistas.
Cerca del ayuntamiento encontramos la casa del Corregidor, edificio barroco del siglo XVIII con labras heráldicas en la fachada y el escudo del Marqués de Villena. El paseo sosegado nos detiene sobre otros escudos labrados en las fachadas como el escudo de los Tomás-Alarcón o el escudo de los Ortega.
En la ribera del Júcar se encuentra el santuario de la Virgen de Cubas de estilo dieciochesco, con una parte excavada en la roca y cúpula de perfil levantino.