El Monte San Urbán recoge en su falda el pueblo de Aýna que escala su ladera apretándose entre sus casas. Desde enfrente, el Mirador del Diablo, permite observar la comba del monte donde se ubica, la hoz del río donde se asoma y el propio río Mundo que se curva a los pies de la montaña. Esta topografía escarpada le ha dado el sobrenombre de la “Suiza Manchega”.
En los aledaños, la Cueva de los Moros deja ver los últimos restos del Castillo de la Yedra de la época islámica. A la derecha del río Mundo la Cueva del Niño, imprescindible muestra del arte rupestre, esconde dos salas con representaciones del Paleolítico Superior, de las más antiguas de la provincia, tiene representaciones naturalistas con figuras de animales y la entrada que nos muestra el arte levantino del neolítico. Los hallazgos del yacimiento de la cueva se encuentran en el Museo de Albacete y hacen referencia a su pretérita actividad agrícola.